miércoles, 23 de mayo de 2012

El lado humano de la tecnología




Mientras que sigue existiendo una importante brecha digital (sólo alrededor de un 33% de la población mundial tiene acceso a Internet), las tecnologías de la comunicación e información se están convirtiendo en un elemento cada vez más omnipresente en la vida cotidiana entre aquellos que están "conectados". Sin duda, esa realidad está modificando la forma de acceder al conomicimiento, los modelos de comunicarnos, e incluso la manera de relacionarnos con nosotros mismos. Por este motivo, parece que entramos en una nueva fase en la que se hace necesario reflexionar sobre la dimensión humana de la tecnología.

Presentamos aquí tres aportaciones en esa línea, relativas a tres fases importantes de desarrollo y difusión de la tecnología de la información y la comunicación: su diseño y su uso como canal de acceso a la información y herramienta de comunicación interpersonal.


  • El factor humano en el diseño tecnológico
Hace unos días, Vivek Wadhwa, publicaba en The Washington Post un artículo en el que reivindicaba el papel de las humanidades en el diseño de productos y servicios tecnológicos, titulado "Why Silicon Valley needs humanities students". Basándose en algunos casos reales, entre ellos, el de Steve Jobs, Wadhwa afirma:
Los/as tecnólogos/as e ingenieros/as suelen centrarse en las características particulares, viéndose envueltos en elementos que pueden ser interesantes para los geeks, pero que carecen de utilidad para la mayoría de personas. En cambio, las personas que han estudiado humanidades pueden centrarse más fácilmente en las personas y en la forma en la que interactúan con la tecnología.

Y prosigue con los siguientes ejemplos:
Un/a historiador/a que haya estudiado la Ilustración o el ascenso y caída del Imperio Romano es probable que comprenda con más facilidad cuáles son elementos humanos de la tecnología. Podrá apreciar de manera más clara, cómo la facilidad de uso y diseño es lo que diferencia entre una tecnología que no pasó de ser una nota a pie de página en la historia y otra que realmente cambió el mundo. Así mismo, es mucho más probable que un psicólogo/a sepa cómo motivar a las personas o cómo entender qué quieren los usuarios.
Por lo tanto, y poniendo como ejemplo la trayectora de Damon Horowitz, el artículo defiende la relevancia de incorporar las humanidades en el diseño tecnológico, ya que éstas, además de aportar conocimientos concretos sobre la mente y el comportamiento humano, desarrollan algunas habilidades relevantes, como son la visión estratégica o la resolución creativa de problemas.



  •  El peligro de la customización de la información
En la entrevista realizada por El Cultural, el filósofo Daniel Innierarity reflexiona sobre el papel de Internet en nuestra sociedad. En ella afirma que la euforia que trajo Internet era similar a "la que siente un explorador ante un mundo nuevo". Pero que sin embargo, con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta "de que hay que trazar un mapa y aprender a moverse por el territorio". 

Por lo tanto, ahora estamos en una fase en la que, una vez "conquistado el acceso masivo a la información", lo que nos toca es "aprender a seleccionarla, estructurarla e interpretarla": la inteligencia no se encuentra en acumular información sino en saber reducirla. Y es en este esfuerzo de simplificación que el filósofo alerta sobre la customización de la información:

Cada uno configura sus búsquedas en Internet para ratificar sus propias opiniones,lo cual es empobrecedor. Por ejemplo, Amazon te recomienda productos nuevos basándose en lo que has buscado anteriormente. Me parecería más enriquecedor que te recomendaran lo opuesto.



  • ¿Conectad@s y sol@s?
Es también reflexionando sobre ese atractivo de la simplificación que Sherry Turkle, una antigua entusiasta  del potencial de Internet para explorar nuevas identidades, alerta de cómo la hiperconexión que ofrecen esos dispositivos de comunicación pueden tener efectos perniciosos sobre nuestra sociabilidad en el mundo real. Así, en esta charla de TED afirma, por ejemplo:
Estamos solos/as pero tenemos miedo de la intimidad. Por eso diseñamos tecnologías, ya sean redes sociales o robots, que nos dan una ilusión de compañía pero sin las exigencias de la amistad. [...] [Pero] Lo que la tecnología hace fácil no es siempre lo que alimenta el espirítu humano.

 


Para seguir reflexionando sobre el tema...

- Puedes conocer cómo Internet está modificando el uso que hacemos de nuestros cerebros en el infográfico de la izquierda, al que puedes acceder a tamaño completo en:  How the Internet is ruining your Brain.

- Pueder leer otros posts relacionados de este blog

"La muerte del cyberflâneur": donde entre otras cosas, alerta sobre el nuevo modelo de aislamiento que fomenta Internet así como de los peligros de la customización de la información.

"Machines of Loving Grace": que recoge la serie documental de Adam Curtis quien desde una actitud distópica, analiza cómo la tecnología informática ha simplificado y distorsionado nuestra visión del mundo.







jueves, 17 de mayo de 2012

Misja Fitzgerald Michel


viernes, 11 de mayo de 2012

Píldoras de filosofía

 

Max Temkin (filósofo y diseñador de Chicago) ha diseñado desde su proyecto Maxistentialism, una colección de posters dedicados a sus 13 filósofos favoritos, recogiendo una reflexión de cada uno de ellos. El proyecto ha logrado un enorme apoyo, ya que ha conseguido recaudar hasta 41.176$ de los 2.000$ que tenía como objetivo inicial, a través de la plataforma de crowdfounding Kickstarter.
 


 Los 13 pensadores y pensadoras seleccionados, por orden alfabético, y sus citas son (en inglés):



  
There are no dangerous thoutghts; 
thinking itself is dangerous.

It is the mark of an educated mind to be able 
to entertain a thought without accepting it.

The only way to deal with an unfree world is 
to become so absolutely free 
that your very existance 
is an act of rebellion.

One can not start by saying 
our earthly destiny has or has not importance 
for it depends on us to give it importance.

Everything that I accepted 
as being true up to now I acquired from the senses. 
However, I have occassionally found 
that they deceive me, and it is prudent never to trust 
those who have deceived us, even if only once.




The goal to be reached is the mind's insight 
into what knowing is. 
Impatience asks for the impossible,
wants to reach the goal 
without the means of getting there.

The surest way to corrupt a youth 
is to instruct him to hold in higher steem 
those who think alike than those who think differently.

Man is condemned to be free; 
because once thrown into the world, 
he is responsible for everything he does.

A man can do as he wills, 
but he can not will as he wills.


Ask for me.
All I know is that I know nothing.

Philosophy is a critical disposition 
of wrestling with desire in the face of death, 
dialogue in the face of dogmatism, 
and democracy in the face of domination.

At the core of all well-founded belief 
lies belief that is unfounded.

Love means that you accept a person 
with all their failures, stupidities, 
ugly points, and nonetheless, 
you see perfection in imperfection itself.


@explorer
 

jueves, 3 de mayo de 2012

Rosie the Riveter: la historia de un icono

Póster de J. Howard Miller para Westinghouse (1943)

El póster del "We Can Do It!" es hoy en día un icono feminista a nivel internacional. Considerado un símbolo de las transformaciones en los roles de género ocurridas durante la década de los 40 en Estados Unidos, ha llegado a convertirse en un símbolo el empoderamiento de las mujeres y de solidaridad femenina, en diferentes lugares del mundo y utilizado para diferentes luchas.


Otras versiones del póster "We Can Do It!".

La imagen original suele asociarse a un llamamiento del gobierno a las amas de casa de la clase media estadounidenses, para que se animaran a ir a trabajar a las factorías durante la Segunda Guerra Mundial, (algo que las mujeres de clase trabajadora habían hecho desde siempre). Sin embargo, los orígenes del póster de "We Can Do It!" tienen muy poco que ver con la lucha por la emancipación femenina, y ni tan solo se trató de una campaña del gobierno estadounidense para que las  mujeres se incorporaran a la producción industrial.



El póster original fue creado por J. Howard Miller, dentro de una colección para la "War Production Co-ordinating Committee" de la Westinghouse Electric and Manufacturing Company, una comisión similar a las que existían en muchas otras empresas. De hecho, en el póster original encontramos el logo de la compañía bajo el brazo de la mujer, quien además lleva en el cuello de su camisa una chapa como las que utilizaban las personas que trabajaban en Westinghouse (indicando el número de empleado). Ese póster fue creado por Miller para ser contemplado sólo durante un breve periodo de tiempo (en un lateral aparece impresa la fecha: del 15 al 28 de febrero de 1943) y únicamente para las personas que ya trabajaban en Westinghouse.



Como parte de las acciones del comité de guerra de la empresa, se crearon diferentes pósters cuya principal función era gestionar el trabajo y evitar cualquier tipo de conflicto que pudiera interrumpir la producción. Esas imágenes de trabajadores felices apoyando a la guerra, como en el caso del "We Can Do It!", buscaban que éstos se identificaran con los intereses y objetivos de la empresa, animándolos a alcanzar las cuotas de producción. El objetivo era también evitar que éstos se organizaran para la mejora de las condiciones de trabajo o de los salarios, bajo la amenaza de que cualquier protesta era un acto antipatriótico. Por lo tanto, el "We Can Do It!" empezó siendo simplemente, un modelo más de de la propaganda que se llevó a cabo para "controlar" los trabajadores de las fábricas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.


Otros pósters utilizados como "War Production Incentives"

Pero ese póster, inicialmente creado para ser expuesto únicamente en las instalaciones de Westignhouse a las que sólo tenían acceso sus trabajadores, se fue haciendo popular al asociarse con un icono de la época: "Rosie the Riveter". Rosie era el personaje ficticio que representaba (y animaba) a las mujeres estadounidenses a sumarse temporalmente al esfuerzo de guerra, incorporándose al mercado de trabajo. Aunque  los orígenes del personaje son difíciles de precisar, y se ha asociado tanto a Rose Will Monroe (una remachadora de la vida real que llegó a convertirse en piloto de aviación), como a la la canción homónima compuesta por Redd Evans y John Jacob Loe y popularizada durante el año 1942. La letra de ésta nos habla de Rosie ecomo una incansable trabajadora de las líneas de ensamblaje, que pone todo su interés en contribuir al "esfuerzo de guerra":

 
All the day long, whether rain or shine 
She's a part of the assembly line 
She's making history, working for victory 
Rosie, brrrrrrrrrrr, the riveter




Así, aunque en el "We Can Do It!" no aparece ninguna herramienta y esa empresa nunca contrató a remachadoras, el póster de Miller empezó a considerarse otra de las representaciones de "Rosie the Riveter", paralela a la difundida por otros artistas, como es el caso de la portada de Norman Rockwell del 29 de Mayo de 1943 para el Saturday Evening Post:

Portada de Norman Rockwell para el Saturday Evening Post, 1943.

En esta imagen mucho más explícita, no sólo vemos la herramienta de trabajo y el lunchbox, sino que además ya aparece el nombre de Rosie en el maletín de esta musculosa mujer, tiznada por el trabajo y que pone su pie sobre un ejemplar del Mein Kampf de Hitler. Aquí la mujer es presentada como un parte vital del "esfuerzo de guerra", contribuyendo a la derrota del nazismo, en contraposición a la imagen mucho más estilizada del "We Can Do It!". Aunque las mujeres ya trabajaban en empleos "masculinos" antes de la guerra (y continuaron haciéndolo una vez ésta acabó), todas esas imágenes contribuían a crear un modelo de mujer capaz de participar en todo tipo de tareas, como se aprecia en esta otra portada del Saturday Evening Post:





Se desconoce exactamente cómo el póster de "We Can Do It!" pasó de ser una herramienta para contener el descontento de los trabajadores y desalentar el movimiento obrero, a una imagen pop mundialmente asociada al empoderamiento femenino. Probablemente contribuyó la narrativa de la segunda oleada del feminismo (que tuvo lugar durante los 60s y 70s en Estados Unidos). En ese momento empezó a fomentarse una política identitaria basada en la categoría "mujer", que luchaba contra la desigualdad de género, especialmente en el mercado de trabajo. De esta manera ese "we" que originalmente hacía referencia a la plantilla de trabajadores (mujeres y hombres) de la Westinghouse fue reinterpretado como una apelación a "nosotras, las mujeres", dentro del paradigma de "hermandad entre las mujeres" que perseguía la segunda oleada del feminismo:


 

Sin embargo, la popularidad de ese icono ha sido tal, que también ha dado lugar a otras reinterpretaciones que nada tienen que ver con la lucha por la emancipación de la mujer, llegando a ser utilizada incluso para promocionar productos de limpieza, o para dar forma a una "action figure".

Usos comerciales de la imagen de "Rosie the Riveter".


Para un análisis más detallado del mito de "Rosie the Riveter", así como una reflexión y materiales sobre las mujeres trabajadoras en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, merece la pena dedicar unos minutos a este vídeo (en inglés, sin subtítulos) de Sheridan Harvey para the Library of Congress:




Fuentes del texto y de las imágenes:
The Sociological Cinema - Feminism at Pinterest
Sharp, Gwen. "Myth-Making and the "We Can Do It! Poster". Sociological Images, 4 enero 2011.
Sharp, Gwen; Lisa Wade. "Secrets of a Feminist Icon". Contexts, Spring 2011, 82 -83.
Wide, Lisa. Trivializing Women's Power. Sociological Images, 22 octubre 2007.
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