Madres, de Monicka Bereżecka y Monika Redzisz. |
Dos semanas después de que naciera mi hija, en 2004, Monika nos hizo una foto. Ése fue el comienzo de este proyecto.
La idea de hacer fotos de madres e hijas puede parecer banal. En ese momento, para nosotras, fue lo más natural del mundo. Habíamos hecho proyectos sobre mujeres, pero hasta entonces todo giraba alrededor de sus profesiones o intereses: ahora estábamos enfrentándonos al hecho de que las mujeres pueden ser madres. La maternidad es algo sólo teórico antes del nacimiento: sólo después se convierte en un hecho, con el repentino darse cuenta de la alegría y de la responsabilidad que supone. Para mí, probablemente, fue una manera de adoptar mi nuevo ser, mi nuevo “yo”. Me estaba poniendo nerviosa por mi nueva situación y me parecía que mi experiencia era única. Creo que a través de estas fotos quería, inconscientemente, ver la maternidad como una experiencia común: sentir que no estaba sola.
Empezamos por fotografiar madres con distintos estilos de vida, edades y estatus económicos: nuestras amigas y colegas, primas, mujeres del Hogar de Madres Solteras, mujeres que conocíamos en la calle y mujeres que respondieron a nuestra invitación en el periódico. Tomábamos fotos de mujeres con sus hijas y sus nietas. Era fascinante observar las similitudes y diferencias entre ellas. Intentamos crear un documento sobre las continuas generaciones de mujeres.
Todos los retratos que hicimos fueron tomados en las casas de las protagonistas, en sus apartamentos y habitaciones. Nunca interferimos con sus entornos, nunca quisimos hacerlos más bellos. Intentamos hacer fotos naturalistas, documentales, sin ningún carácter idealista ni pomposo. Por otra parte, la situación era inusual para las madres por el solo hecho de convertirse en modelos, de estar frente a una fotógrafa. Posaron llevando solo ropa interior: eso le dio una atmósfera más íntima, carnal, como su estuviéramos en zona cerrada de feminidad, en un mundo sin hombres.
Tengo la impresión de que todo esto era necesario para mostrar esta fuerte carnalidad que es dar a luz, ser madre y envejecer con el cuerpo.
Hacer fotos de madres es difícil. Por un lado, hoy las madres no son algo interesante ni atractivo. Es algo de lo que no te puedes enorgullecer. Ser madre es algo habitual, vago. Por otro lado, todavía es lo más importante en la vida. Siento que tocamos los fenómenos fundamentales: amor y muerte, el ciclo constante de la vida repitiéndose a sí mismo, obvio, banal y horrible al mismo tiempo.
Más información y todas las fotografías en Periodismo Humano.
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