.... Incluso cuando no haga nada en especial, el Parado Feliz crea nuevos valores sociales. Entabla relaciones con un montón de personas simpáticas. Incluso se declara dispuesto a impartir cursos de resocialización para trabajadores despedidos. Ello es así porque todos los parados disponen de una cosa que no tiene ningún precio: tiempo. A esto lo podríamos llamar una suerte histórica: la posibilidad de vivir una vida plena de sentido, de alegría y de razón. Se puede definir nuestro objetivo como una reconquista del tiempo. Somos entonces de todo menos inactivos, mientras que a la «población activa» lo único que le queda es obedecer pasivamente los designios y las órdenes de sus superiores jerárquicos. Y es porque somos activos por lo que no tenemos tiempo para trabajar...
lunes, 26 de septiembre de 2011
¿Tiempo o dinero?
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